miércoles, 21 de abril de 2010

DESBALANCES MUSCULARES Y EMOCIONALES

Con el paso del tiempo, quien desempeña la gratificante profesión de entrenador personal, además de hacerlo con las bases del entrenamiento de la musculatura profunda, como lo hace el Método Pilates, comienza a darse cuenta y a entender la relación mente-cuerpo. Muy diferente de persona a persona, muy inherente a su pasado y presente familiar/laboral. Muy relacionado a la vida de cada quien, ya que el cuerpo humano funciona como una grabadora de emociones, las cuales son reproducidas y reflejadas en la postura, desbalances, enfermedades, patologías y diversas emociones que van desde el miedo hasta la felicidad.
“Lo que hemos pensado y las palabras que hemos empleado repetitivamente han conformado nuestra vida y experiencia hasta el momento presente” (L. Hay Louise, 1982, Tu Puedes Sanar tu Cuerpo, Ed. Diana). Para nuestro cuerpo todo lo vivido, pensado y dicho, conforman lo que el día de hoy somos y sentimos.
En este camino de la aplicación del Método Pilates a mis alumnos, le pongo mucho énfasis a las palabras. Desde que ponen un pie en el estudio y escucho su sentir en referencia a su peso, medidas o dolores, la forma de expresarse, las afirmaciones con las que conviven día a día, hace que este libro sea diferente en su concepto.
Es tan importante cuando dicen: “es que estoy muy rígido”, “estoy muy chueca”, “no soy nada flexible”, “soy muy débil, no tengo fuerza”. Todas esas afirmaciones son un idioma que, traducido al cuerpo, forman patologías.
Como todo sistema, el cuerpo también necesita compensar para lograr el equilibrio, de tal forma, que las cargas emocionales se inclinan hacia segmentos, ejes y planos corporales que provocan desviaciones, rotaciones, elevaciones, depresiones y dolor.
Todo este desorden afecta la fluidez de la energía en los músculos y articulaciones rígidos, reflejando falta de fuerza muscular y generalizada.

El desorden representa un desequilibrio, el individuo siente la ausencia de un cimiento estable, se encuentra inseguro, pues la seguridad que él busca, se podría reflejar en un cuerpo erguido, fuerte, flexible y por consiguiente, lleno de energía que fluye.
El cambio interno, ese que viene desde la forma de pensar, de comer, de nutrirse, de ejercitarse, no sólo hace mejorar estéticamente, sino posturalmente.
También pienso que las terapias físicas de cualquier tipo podrían tener un pronóstico favorable si el alumno atiende tanto el área psicológica como la física, ya que no es posible lograr un cambio radical de un día a otro sin enfrentarse a un proceso que conlleve un determinado tiempo, el que sea necesario.
Dra. Xóchitl Rodríguez Fragoso
Q.studio, wellness & fitness experts
Correo-e: xochitlrf@yahoo.com

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